Pedazo de hincha

Posted by Manya Querido on 12:19 No hay comentarios

Damián Macaluso, el nuevo refuerzo aurinegro, admitió a El Observador que con 13 años entró al estadio para festejar el primer campeonato del segundo quinquenioEn 2006, Luis Garisto fue el primero que quiso traerlo a Peñarol. Estaba casi todo arreglado, pero Pablo Bentancur, quien lo representaba en ese momento, bajó el pulgar y no se pudo hacer.


Damián Macaluso se quedó con una bronca bárbara porque es un hincha consuetudinario del club. Es muy manya.

A partir del viernes se transformó en el tercer refuerzo de Peñarol para esta próxima temporada luego de las llegadas de Ignacio Nicolini (quien estuvo a préstamo en Bella Vista) y Antonio Pacheco.

“En 1993 di la vuelta olímpica el día del gol de (Diego) Dorta. Tenía 13 años y estaba en la Platea Olímpica. Me rompí toda la ropa con el alambre de púa y mi vieja me puteó todo cuando llegué a casa. Me acuerdo que en ese partido se estrenó la bandera gigante que decía lo de los 100 años y también que, como había sucedido en otras oportunidades, me colé con los niños del Iname (hoy INAU)”, recordó entre sonrisas Macaluso en diálogo con El Observador.

En esa época “juntaba tapitas de una bebida cola y cuando no me podía colar, pagaba mi entrada con ellas para ver a Peñarol”.

Asimismo, recordó que “me llevaba las entradas y atrás anotaba la fecha y ponía el resultado del partido: ‘dos goles de Bengoechea, gol de Pacheco’, para que me quedaran de colección”.

El zaguero admitió que es “hincha del club desde chico. Iba a la Ámsterdam, pero con tranquilidad. Eso sí: lo mío con Peñarol es enfermante. Iba siempre al estadio, lo seguía todo el tiempo. Durante todos estos años que estuve en el exterior, lo seguía por internet”.

También recordó el buen momento del club en la Copa Santander Libertadores del año pasado y cómo sufrió esa definición.

“Las finales de la Copa del año pasado las viví con todo. Antes, había ido a Liniers para ver el partido contra Vélez en el que clasificamos para los partidos decisivos. Estuve presente en la primera final contra Santos en el Estadio Centenario; a la de Pacaembú estuve a punto de ir, pero como estaba por salirme el pase a Gimnasia, me quedé en Montevideo”, recordó.

“Por todo esto que te digo es que realmente es un sueño para mí poder vestir la camiseta de Peñarol. No es que me ponga el casete como puede suceder en otros casos. Porque desde que empecé mi carrera futbolística quise llegar acá. Además, está bueno regresar al país luego de tanto tiempo, por mi familia y por mis amigos”, explicó Macaluso.

En pleno barrio Pocitos está su apartamento, en el cual están varias cajas amontonadas debido a una reciente mudanza.

“Acá en casa tengo la camiseta que me regaló el flaco (Juan Manuel) Olivera, pero como recién llegué y tengo todo desordenado, todavía no la encontré. Él me la regaló el año pasado cuando estuvo en Peñarol. Pero ya tenía una de (Fabián) Canobbio. Un día jugando yo para Bella Vista, terminó el partido y le dije: ‘Dame la camiseta porque se arma lío’. Yo lo conocía de las selecciones en las que jugamos juntos y él me la dio”, sostuvo sonriente.

Sabe que viene a Peñarol en un momento que no es el mejor del equipo ni mucho menos. Pero se anima a ponerle el pecho a las balas. Y ni que hablar del orgullo que siente porque lo haya pedido el técnico.

“Que me haya pedido el Polilla Da Silva, más que nada es importante desde el punto de vista de la confianza que te da. Hay que asumirla y devolverle todo lo que depositó él y el club en mí”, expresó el zaguero, quien en alguna oportunidad también jugó como lateral e inclusive, como volante central.

“Sé que no es el mejor momento en lo deportivo, pero eso para mí es un lindo desafío para salir de esta realidad que atraviesa Peñarol. Creo que entre todos podremos darla vuelta”, indicó.

Fue compañero de algunos futbolistas del plantel como Fabián Carini en las selecciones juveniles y fue dirigido por Víctor Púa, hoy coordinador de las divisiones menores del club.

Pero le gusta hablar de sus ídolos en Peñarol.

“Bengoechea era una cosa de locos. Pero más me acuerdo del Pepe Herrera que metía unos goles espectaculares de tiro libre. Viví con todo el segundo quinquenio del club”, dice.

Sobre el hecho de que se encontrará con un icono manya como el Tony Pacheco, con quien nunca jugó, sostuvo: “Tenemos amigos en común. Está muy bueno que venga a jugar de nuevo al club. Lo enfrenté pero prefiero no acordarme. ¿Por qué? En 1999 yo jugaba en River y nos hizo cuatro goles”. Cuando el periodista le dice que en realidad fueron cinco (ganó Peñarol 6-1), se sorprende: “¡Cinco! Es una bestia”. Ese día, El Observador puntuó con 10 a Pacheco y con un 6 a Macaluso pese a los seis goles que recibieron. “Capeó el temporal prácticamente solo en la defensa”, se escribió.

Cuando se le explica que el Tony le va a sacar a Darío Rodríguez el capitanato, trata de interceder: “Estaría bueno que lo compartieran un partido cada uno”, indica sonriente.

Damián Macaluso terminó de jugar la semana pasada con Gimnasia. No descansó y el viernes pasó la prueba física, aunque aún no firmó contrato que será por un año.

Da Silva está contento. Tiene un manya de pura cepa en el plantel.


Fuente; Diario El Observador.

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La frase de la semana

"Peñarol todavía tiene mucho para mostrar. Fíjense que afuera estaba Darío Rodríguez, Aguirregaray, Miguel Amado, Carlos Grossmüller, el Lolo jugó poco. Estamos recuperando al “Tony” Pacheco". - Jorge Da Silva