El Viernes Peñarol pondrá fin a la temporada cuando se enfrente a Cerrito a las 15:00 hs. por la última fecha del torneo Clausura. Será una temporada para el olvido, ya que no se obtuvo el título de Campeón Uruguayo, se cosecharon derrotas en ambos clásicos oficiales y además fuimos eliminados tempranamente en la Copa Libertadores de América.
La secuencia de fracasos comenzó en el Torneo Apertura, cuando tras la salida de Aguirre en la tercer fecha, fue turno para Gregorio Pérez que volvía al club. A partir de ese momento el rendimiento del equipo fue en declive pero igualmente se conseguían triunfos que nos mantuvieron en lo más alto de la tabla de posiciones hasta que llego la caída estrepitosa que se inició en la fecha 10 cuando enfrentamos a Cerro y empatamos. Luego se sucedieron dos duras derrotas ante Liverpool y Wanderers. Aún así, llegábamos al clásico con un punto de ventaja sobre nuestro tradicional rival y con las chances intactas de campeonar. Sin embargo, perdimos de atrás y en la hora, y de esa manera le regalábamos (con moña y todo) el título a Nacional. Se discutió mucho la continuidad o no de Gregorio, pero finalmente se decidió mantenerlo en el cargo.
En la segunda parte de la temporada, se comenzó con buen pie, debido a que ingresamos a la fase de grupos en la Libertadores tras vencer ampliamente al Caracas de Venezuela. En el Clausura habíamos disputado un solo partido y fue con triunfo, pero la salida de Gregorio no se haría esperar. Es que el arranque en la fase de grupos fue desastroso; caímos derrotados injustamente ante Godoy Cruz en Mendoza y luego sufrimos una de las peores goleadas del club como local a nivel internacional; 0-4. Este resultado culminó con la depedida del técnico. Inmediatamente se buscó un sustituto y los pocos días asumió el actual entrenador, Jorge Da Silva. Todos nos esperanzamos con la posibilidad de que el equipo revirtiera con triunfos su crítica situación en el torneo continental, pero eso no ocurrió y fuimos eliminados dos fechas antes de terminar nuestra participación. En cuanto al torneo local, seguíamos prendidos a la punta con tranquilidad hasta la sexta fecha, en la que fuimos derrotados de manera poco creíble ante Danubio en condición de visitantes. Peñarol superó a su adversario pero cometió errores infantiles en defensa que terminamos pagando caro. Tres fin de semanas más tarde, el Carbonero igualaba ante Fénix y se producía una alerta, aunque igualmente continuábamos dependiendo de nosotros mismos. Llegó un nuevo partido de exigencia ante un rival directo; Liverpool. Otra vez perdíamos en un partido clave y otra vez de forma inentendible porque erramos una docena de situaciones de gol. A estas alturas, el clausura se encaminaba para el lado de Defensor y nos restó apuntar con todo a la tabla anual. Después de tantos puntos perdidos en las últimas presentaciones, volvíamos a estar en la cuerda floja, de la cual nos caímos nuevamente en el clásico, quedándonos con las manos vacías cuando habíamos sido amplios dominadores, pero permitiéndonos errores de baby fútbol que fueron aprovechados por el contrario para volver a ganarnos.
Así nos despedimos de la lucha por el Campeonato Uruguayo y ahora solamente estamos esperando que la siguiente temporada comience cuanto antes.
1 comentarios:
ahora es cuando tenemos que actuar con gran precision y sobre todo con total ausencia de sentimentalismos baratos. los que no rindieron deben irse sin importar condicionamientos de ninguna especie. en cuanto a contrataciones,yo apostaria a traer solo a martin silva,en lo demas estamos cubiertos.
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