UNA HINCHADA QUE JUEGA LOS PARTIDOS

Posted by Manya Querido on 23:47 No hay comentarios

Una hinchada que juega los partidos, esa sin duda es nuestra hinchada. La que empuja cuando los jugadores más lo necesitan, la que se une en un solo grito ensordecedor cuando las cosas salen bien y todo es fiesta pero se unifica aún más cuando los partidos están perdidos y llega ese momento en el que la impotencia de no saber con quien agarrársela y el amor propio por la camiseta y nuestros colores pueden más que la angustia o la bronca de no conseguir el triunfo.


Demostraciones sobran y basta con retroceder en el tiempo solamente algunos días atrás, cuando nuestra hinchada, la más hermosa del mundo, copaba una vez más el estadio Centenario, convocando a más de 40.000 personas en un partido de pre-Libertadores, algo totalmente impensado si se tratara de cualquier otro equipo en el mundo pero no debería asombrarnos si estamos hablando del club con más hinchada que cualquier otro en proporción a la población de un país. 


Tampoco deberíamos impactarnos porque somos nosotros, los mismos que año tras año, temporada tras temporada, vendemos más entradas en nuestro fútbol y también en el ámbito internacional, porque no solamente somos el equipo con más convocatoria en condición de locatarios, sino que además es nuestra hinchada la que más viaja y a todos lados ya que copamos la cancha que sea en el país que sea y de visitantes somos nosotros quienes obligamos a las dirigencias rivales a habilitar lugares que no tenían pensados habilitar para la hinchada visitante, somos nosotros los que cortamos una avenida principal de Argentina en pleno día de semana.


Somos nosotros los que después de perder 3 a 0 en Avellaneda callamos a toda las tribunas rivales alentando hasta 15 minutos luego de haber terminado el partido, somos los que dejamos la garganta alentando a nuestros jugadores, sea como sea que vaya el partido, ganando, perdiendo o empatando. No nos importa que hayan pasado no se cuantos años sin ser campeones y que otra vez volvamos a quedar con las ilusiones rotas, tampoco nos importa si no clasificamos a la copa, si quedamos afuera en primera fase o si no pudimos en la final. ¿Que carajo nos va a importar? si llevamos 40.000 personas al estadio en el partido de vuelta por la prelibertadores una semana más tarde de haber caído 3 a 0 ante Liga de Quito. Menos nos va a importar si sabemos que estamos siempre ahí y que agotamos la Amsterdam aunque no juguemos a nada y enzima nos diriga Keosseian y enzima hayamos perdido el partido de ida 4 a 0 contra un cuadro ecuatoriano por la sudamericana.

Personalmente no le desearía a nadie enfrentar a Peñarol en un partido de copa con al rededor de 50.000 enfermos en las tribunas que no paran de gritar y de a poco, junto a sus jugadores te van metiendo adentro del arco. 


Son enfermos, o somos debería decir, que comienzan por impactarte con un recibimiento que nunca habrías visto en tu vida en otra ocasión si no enfrentas al Carbonero, luego siguen por asombrarte con su aliento sin descanso y más tarde te intimidan con el grito que más que aliento, parece grito de guerra, porque adentro del campo de juego están sus guerreros, los que defienden a morir y por los que darían lo que fuera para que ellos consigan otra victoria. Y justamente esto último es lo que más imponen, su única voluntad por ganar, sin aceptar absolutamente nada más que la máxima gloria, sin importar como ni a quien se enfrentan.

Todos juntos la banda y los jugadores, todos juntos la vuelta vamos a dar. ♪

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La frase de la semana

"Peñarol todavía tiene mucho para mostrar. Fíjense que afuera estaba Darío Rodríguez, Aguirregaray, Miguel Amado, Carlos Grossmüller, el Lolo jugó poco. Estamos recuperando al “Tony” Pacheco". - Jorge Da Silva