Tenemos problemas para crear situaciones de gol. A la falta de ideas en la generación e ineficiencia en la conexión entre mediocampistas y delanteros se ha sumado en estas últimas fechas (debido a la baja de Zalayeta) la falta de un jugador de peso dentro del área rival, lo cual denota entre otras cosas, que tenemos un plantel corto, el cual cuenta únicamente con un 9 definido y que para peor, no anda bien.
Hasta el partido ante Danubio el equipo se venía mostrando falto de ideas y sin medios que lo hicieran llegar con peligro al arco rival, pero sin embargo, se era contundente en ofensiva, manteniendo cierta eficacia que nos permitía llegar al gol.
En Jardínes se sintió muchísimo la ausencia de Zalayeta, quien jugando bien o mal siempre es un faro dentro del área, a quien se recurre constantemente ante la indecisión de cual camino tomar para llegar al gol. Nuevamente volvimos a extrañar la presencia del centrodelantero en el último partido frente a Defensor y más que nunca se evidenció lo livianitos que somos en el ataque, a tal punto que no recurrimos a ninguna otra cosa que no fuese tirar largos pelotazos frontales a delanteros diminutos en sus estaturas.
Está más que claro que este Peñarol que no triangula, no desborda y que no encuentra asociación alguna entre sus jugadores, necesita incuestionablemente de un jugador que cumpla con el rol de un 9 de área, quien en cierta medida pueda ayudar a disimular los problemas que tenemos a la hora de llevar riesgo a la portería contraria.
Las causas pueden ser de todo tipo. Mala conformación del plantel, errores en la elección del equipo titular, bajos rendimientos individuales, equivocado estilo de fútbol propuesto por el técnico de acuerdo a las características de los futbolistas, etc. Son algunos de los factores que pueden haber incidido desde un comienzo para que la preocupación por el juego ofensivo se incremente fecha tras fecha.
0 comentarios:
Publicar un comentario